Intercambio de prisioneros en Rusia: la historia de los espías rusos que se hacían pasar por argentinos
02 de agosto de 2024 - 16.41
02 de agosto de 2024 - 16.41
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, recibió a una pareja de espías rusos, Artem Viktorovich Dultsev y Anna Valerevna Dultseva, que se hacían pasar por ciudadanos argentinos en Eslovenia desde 2017. La pareja fue liberada de su condena de 19 meses en prisión en Liubliana, ordenados a dejar el país y recibidos por el mandatario en un intercambio de prisioneros. Sus hijos no sabían de su nacionalidad ni hablaban ruso.
Según la agencia AFP, 10 rusos, incluidos dos menores, fueron intercambiados ayer por 16 occidentales y rusos detenidos en Rusia y Bielorrusia. Esto representó el mayor canje de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.
La pareja se hacía pasar por Ludwig Gisch, un hombre que dirigía una empresa de informática, y María Rosa Mayer Muños, una mujer que tenía una galería de arte en línea.
La pareja utilizó la capital eslovena como sede para viajar a los estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), transmitir órdenes desde Moscú y llevar dinero en efectivo a otros agentes rusos, según AP. Informes realizados por medios locales sostienen que Dultsev y Dultseva eran agentes del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), encargado de reclutar espías para hacerse pasar como ciudadanos comunes en Occidente.
La pareja fue arrestada en 2022 y cumplió su condena de 19 meses en prisión. Putin los recibió y presentó como "héroes nacionales" y prometió otorgarles distinciones, según AFP.
Tienen dos hijos que asistieron a una escuela internacional en Liubliana. El secretario de prensa de Putin, Dmitri Peskov, confirmó que los dos niños no sabían que eran rusos ni hablaban el idioma: "Los hijos de los clandestinos [como se le llama a los espías rusos que viven en países extranjeros con identidades falsas] que llegaron ayer sólo se enteraron de que eran rusos en el avión procedente de Ankara. No hablan ruso. Ni siquiera sabían quién era Putin. Así es como trabajan los clandestinos, haciendo tales sacrificios por el bien de su trabajo y su dedicación a su servicio".