Cristina Kirchner con Mayra Mendoza en el microestadio de Quilmes.
Cristina Kirchner con Mayra Mendoza en el microestadio de Quilmes. — Foto: Cristina Fernández de Kirchner

El regreso de Cristina Fernández de Kirchner a la escena pública con un discurso en Quilmes fue el cierre de una semana marcada por la marcha universitaria del martes y los retazos políticos que derivaron de ella. Mientras el Gobierno avanza para aprobar la Ley Bases, la oposición se reinventa y se reorganiza.

Lo más importante.

La marcha encarnó por primera vez en la calle a la transversalidad opositora al Gobierno de Javier Milei, con reapariciones dirigenciales y protagonismo de sectores que aún debaten su perfil respecto del presidente, mientras que el discurso de Cristina Kirchner ordena y aporta línea de acción a un sector importante de esa resistencia. Es la primera vez desde el 10 de diciembre pasado que la agenda de la discusión política no está motorizada por Javier Milei sino por su vereda de enfrente.

La marcha.

La contundente muestra de fuerza y masividad que significó la movilización universitaria del martes fue el contexto ideal para la reaparición de algunas figuras políticas que salieron del cascarón de la derrota del año pasado. El principal en esto fue el propio candidato caído en la elección, Sergio Massa, que se mostró junto a la gente en la Plaza de Mayo. También la propia Cristina Kirchner, a metros de la concentración en el Congreso, hizo lo propio con su concurrencia al Instituto Patria. Presencia sin protagonismo: la clave que respetaron los dirigentes políticos del peronismo en la priorización de la sociedad civil como cara del reclamo.

La calle y el Congreso.

La UCR cerró ocasionalmente su grieta interna para convocar a la marcha desde todas sus facciones, aunque esa tregua duró apenas unas horas: al día siguiente 13 diputados del bloque radical asistieron a dar quórum en la sesión en la que se pretendían fijar pisos mínimos de financiamiento educativo y el grueso del bloque decidió no acompañar. El hecho no quedó en la anécdota legislativa: los que se sentaron se sacaron una selfie en el recinto y les tiraron un palo a los que no fueron.

El crujido radical.

De cara a las dos grandes discusiones que se avecinan en Diputados (Ley Bases y DNU), el ala rebelde del radicalismo, que reúne a los legisladores que responden a Martín Lousteau y a los que responden a Facundo Manes, evalúa la conveniencia o no de permanecer en el bloque y calcula cuál sería el costo político a pagar en un eventual divorcio. Un divorcio que, fuera de los papeles, ya opera de facto en la línea de acción. Desde esa facción de la bancada reconocen a la fuerte concurrencia de columnas como la de Franja Morada en la movilización como un legitimador de base a su posicionamiento. "Nos piden que enfrentemos al Gobierno", señalaron.

La vuelta de Cristina.

La reaparición de Cristina Kirchner se da apenas 14 días después de la fecha en la que, en las mismas condiciones, había aparecido por primera vez durante el Gobierno de Mauricio Macri. En aquella ocasión fue el 13 de abril el día que regresó a Buenos Aires y se paró en un escenario a hablar. El contexto era su citación a declarar en la causa Dólar Futuro. Su discurso profundizó el perfil combativo contra Javier Milei y ordenó la interna propia. "Lo importante es discutir como solucionarle la vida a la gente, no hay que discutir pelotudeces", fue el mensaje de reto a las propias capas medias dirigenciales. La jornada satisface un reclamo de aparición de ella pero, además, vuelve a ponerla en el eje central del planteo de agendas en la Argentina: esta mañana Javier Milei tuvo que salir en radio a contestarle algunos de sus planteos como el del no pago a Cammesa como causa del "superávit falso".

El frente DNU.

El impulso de la marcha multitudinaria dio a Unión por la Patria el empujoncito para, en una reunión de bloque el miércoles, decidir el llamado a sesión para rechazar el DNU aún sin los números para garantizar la habilitación de la discusión con un quórum. "A lo sumo, caerá la sesión y podremos convocarla en otro momento", deslizaron desde el bloque peronista y explicaron que era también un guiño a "los compañeros que están ansiosos". La demanda de las bases también motorizó la agenda legislativa del peronismo después de la movilización. 

Ley Bases por DNU.

En Hacemos Coalición Federal, con la excepción del ala de oposición dura encabezada por los socialistas y por Natalia De La Sota, anticipan una actitud más combativa contra el Gobierno después de tachar de la lista de debates la Ley Bases. De hecho, la aprobación de esa Ley condicionaba que se aporten los votos y, principalmente, el quórum para derrumbar el DNU. El sector estima que, con ese gesto al Gobierno, sacará de la mesa la eventual acusación de "desestabilización" o de "no dejar gobernar" y dará una carta blanca de mayor libertad para acompañar agendas del peronismo. Luz verde a la Ley Bases y luz roja al DNU, parece hoy ser el escenario más probable en la Cámara de Diputados.

Lo que viene.

En la previa de la semana en la que el oficialismo puede, por fin, llevarse la Ley por la que viene pugnando desde el comienzo de su gestión, la oposición prepara la vuelta de página. Una nueva etapa en la relación que, esperan, encuentre al peronismo más ordenado en sus discusiones y con los principales dirigentes a la cabeza de la agenda de conversación; un radicalismo combativo con mayor independencia en la toma de decisiones de la conducción colaboracionista del bloque; un bloque intermedio de espacios provinciales que espera cumplir con la Ley Bases para adoptar una postura más combativa y, lo más importante, una calle movilizada.

Las preguntas.

  • ¿Qué herramientas usará el Gobierno para sostener el diálogo político con una oposición levantada cuando concluya la discusión por la Ley Bases y el Pacto de Mayo?
  • ¿El despertar opositor en todas sus áreas permitirá que la agenda los haga articularse entre sí?