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Victoria Tolosa Paz, Florencio Randazzo, María Eugenia Vidal, Javier Milei, Mauricio Macri y José Luis Espert fueron algunos de los dirigentes políticos que, en las últimas semanas, fueron noticia por usar insultos o términos coloquiales en el marco de la campaña electoral. CORTA dialogó con consultores en comunicación política para conocer por qué apelan a este recurso y qué impacto buscan generar.

Celia Kleiman (Polldata). "Puede ser que lo hagan para captar al voto joven y que suene disruptivo, pero lo que pasa es que el segmento joven no recibe hoy esos mensajes de forma satisfactoria. Lo que les preocupa a todos, incluido al joven, es lo económico: es comer, ni siquiera llegar a fin de mes, es llegar a la primera semana del mes".

Damián Valentín (Move). "Los políticos tomaron nota de la baja participación electoral, la falta de interés y el enojo que manifiestan los votantes en los estudios de opinión y probablemente interpretan que para acercarse a la gente hay que parecer lo más anti-político y coloquial posible. Lo que vemos en estudios cualitativos es que la ciudadanía rechaza enunciaciones forzadas y que el humor en un contexto complicado cae mal".

Valentín Nabel (Opinaia). "Milei encontró un caldo de cultivo propicio para un antisistema clásico, donde se patea el tablero y se dicen malas palabras. Hay un hastío de la gente en seguir los temas políticos y se necesita hablar en tono fuerte para que la gente te escuche cuando alguien no te quiere escuchar".

Paola Zuban (Zuban-Córdoba). "Lo único que comparten todas las campañas es que apelan más a las emociones que al debate de ideas con la ciudadanía sobre los temas que les preocupan a futuro. El desacople entre las agendas de la ciudadanía y de la política es total".

Lucas Romero (Synopsis). "No hay sensibilidad con el contexto. El tono, la postura y el lenguaje de los candidatos debería haber sido como el que tiene Fernán Quiros, que es uno de los pocos que muestra tener sensibilidad con el momento".