Preparan una expedición al buque Monte Cervantes, el “Titanic argentino”

10 de julio de 2023 - 23.34 / Actualizado: 22 de febrero de 2024 - 19.55

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Un grupo de expertos en ingeniería submarina intentará llegar con buzos y robots hasta los restos del buque de pasajeros Monte Cervantes. Hundido en 1930 frente a la costa de la ciudad de Ushuaia, en el Canal de Beagle, fue bautizado como el "Titanic argentino".

Detalles.

El descenso hasta las heladas aguas del Beagle se realizará entre el sábado 15 de julio y domingo 16 de julio. Lo que se busca es llegar hasta las cabinas de la embarcación, a unos 35 o 40 metros de profundidad. El casco se encuentra en otro sitio cercano, pero hundido a 140 metros.

Objetivo de la expedición.

El objetivo de esta expedición es encontrar y filmar la “lámpara de navegación”, que tiene el tamaño de una heladera y que se utilizaba para que el barco pueda ser divisado por otras naves en altamar. También se explorarán otros restos del naufragio.

Profundizá

Cómo llegamos a esto.

La expedición no tiene fines económicos. Trabajan en ella, el ingeniero Carlos Pane y un grupo de sus alumnos universitarios. Pane fundó, junto a varios estudiantes, la empresa Deepwater Engineering, dedicada a distintos proyectos de ingeniería subacuática. En febrero de este año, el grupo exploró el naufragio del Vapor Sarmiento, un barco de carga y de pasajeros encallado frente a la Estancia Remolino, también en el Canal de Beagle, desde 1912.

Contexto.

El Monte Cervantes era un buque de carga y pasajeros aleman que fue botado el 25 de agosto de 1927. El mismo unía Buenos Aires con Punta Arenas en Chile, pasando por Puerto Madryn en Chubut. El 22 de enero de 1930, después de una escala de 15 horas en Ushuaia (habitada por 800 pobladores) zarpó desde la capital fueguina y al poco tiempo chocó contra un bajo fondo en el paso Les Eclaireurs.

Naufragio.

El impacto generó una abertura que inundó las bodegas y los camarotes bajos. El barco se inclinó y empezó a hundirse. El capitán Teodoro Dreyer logró llegar hasta unos islotes y allí la tripulación pudo bajar los botes salvavidas y proteger a unos 1500 pasajeros.

Misterio por el paradero del capitán Dreyer.

Dreyer fue la única víctima, y la forma en que murió sigue siendo un misterio: algunos dicen que regresó al barco y tuvo un accidente, mientras que otros sostienen que decidió hundirse con la embarcación. Su cuerpo nunca apareció y su viuda llegó a ofrecer una recompensa por información sobre su esposo.