Asado "con los héroes" en la Quinta de Olivos. — Foto: Presidencia.

La multitudinaria marcha universitaria del miércoles y el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario firmado apenas unas horas después dan paso a que el Congreso sea el nuevo campo de batalla de una iniciativa opositora. El desafío que tiene el Gobierno es conservar a "los héroes" que avalaron el veto al aumento de jubilaciones.

Lo más importante.

Con la Ley sancionada por ambas cámaras del Congreso y luego vetada por el presidente Javier Milei, el Poder Legislativo tiene la chance de insistir con dos tercios de las dos cámaras y derrumbar el veto. La situación es similar a la previa del fracaso por la insistencia de la Ley jubilatoria pero, a diferencia de aquella ocasión, algunos caminos parecen abrirse. Los distintos bloques opositores pidieron sesión para tratar este tema el miércoles.

Lo histórico.

Así como hasta el decreto que aumentaba los fondos reservados de la SIDE, ningún DNU en la historia argentina había sido rechazado por el Congreso, también se llega a esta ocasión con la posibilidad de que ocurra algo inédito: que el Congreso anule un veto presidencial con una mayoría agravada.

El procedimiento.

Para anular un veto presidencial, la Ley tal cuál fue sancionada tiene que pasar por la Cámara de origen (en este caso, Diputados), ser insistida con dos tercios de los presentes y luego pasar al Senado para que se repita la misma operación. Si en una de las dos cámaras no se llega a los dos tercios, el veto queda firme.

El antecedente.

El primer intento de tumbar un veto fue sobre el que el presidente firmó contra el aumento a los jubilados. El oficialismo logró votos en bloques ajenos para llegar a los 87 apoyos que garantizaron el veto y que valieron un asado en la Quinta de Olivos para cada uno de los "héroes" de esa gesta. El desafío del Gobierno será conservar la categoría heroica de algunos diputados que hoy están más cerca de volver a la columna de los villanos.

Los seguros a favor.

Apoyarán la insistencia por el proyecto los siguientes 159 diputados:

  • Los 99 de Unión por la Patria.
  • Los 5 del Frente de Izquierda.
  • 27 de los 33 de la Unión Cívica Radical.
  • 15 de los 16 que integran Encuentro Federal. La excepción es Ricardo López Murphy, que se ausentó tanto en la votación del proyecto en la primera instancia como en la de la insistencia por la Ley jubilatoria.
  • Los 6 de la Coalición Cívica.
  • Los 3 de innovación Federal que representan al Gobierno de Salta.
  • Los 2 de Por Santa Cruz que responden al Gobierno provincial.
  • Osvaldo Llancafilo, del Movimiento Popular Neuquino.
  • Lourdes Arrieta, del bloque Fuerzas del Cielo - Espacio Liberal, que confirmó su voto afirmativo.

Los seguros en contra.

Rechazarán la insistencia y apostarán por el veto los siguientes 45 diputados: 

  • Los 39 de La Libertad Avanza.
  • Los 3 del bloque Independencia que responden a Osvaldo Jaldo.
  • 2 de 3 del MID. Queda excluido Oscar Zago que estará de viaje.
  • Paula Omodeo del monobloque CREO.

La cuestión de los radicales.

Los 5 radicales que cambiaron su voto para respaldar el veto de Milei al aumento a los jubilados vuelven a estar en la mira en esta ocasión. La tendencia de la discusión ubica hoy a Mariano Campero, Luis Picat y José Federico Tournier más cerca de repetir el "heroísmo" y rechazar la insistencia mientras que Pablo Cervi y Martín Arjol están más cerca de cambiar el posicionamiento y apoyar la insistencia. Sobre ellos pesa un pedido de expulsión del Comité Radical que podría profundizarse si el acompañamiento a Javier Milei persiste.

La cuestión del PRO.

De los 38, hay dos paladines del voto negativo (Damián Arabia y Alejandro Finocchiaro) y dos que están fuertemente posicionados a favor de la Ley (Álvaro González y Héctor Baldassi). La duda sobre los restantes 34 hace emerger la figura de Mauricio Macri, el conductor y flamante presidente del partido. Macri no dio indicaciones claras pero llamó a recordar que "la educación pública es una de las banderas del PRO". Esta mañana, lanzó un mensaje público en el sentido contrario, en el que afirma que "no se está cuestionando el acceso a la universidad ni su funcionamiento" sino "la necesidad urgente de conocer el destino del dinero que reciben las universidades". Más allá de si votan a favor o en contra, un gesto con el que amenaza el PRO es el de dejar algunas sillas vacías, lo que bajaría el umbral de votos necesarios para los opositores.

La cuestión de los provinciales.

Permanecen sin definición los 4 diputados que responden al Gobierno de Misiones y Agustín Domingo, de Juntos Somos Río Negro. Todos integran el bloque Innovación Federal con los salteños, que confirmaron su apoyo a la insistencia por el proyecto, y votaron a favor del proyecto original. Su falta de respuesta deja abierta la puerta de la negociación para que el Gobierno logre de ellos, si no es un cambio de voto, aunque sea una abstención, lo que ocurrió en la votación por los jubilados.

La calculadora.

La mejor forma de cálculo de votos frente a una votación que exige mayoría de dos tercios es la de duplicar los votos en contra, ya que los dos tercios imponen como necesidad que los votos afirmativos dupliquen a los negativos. En este sentido, si a los 159 diputados que insistirán con la norma se les suman 2 de los "radicales héroes" y los 4 provinciales aún en suspenso, llegarán a 165. El Gobierno necesitaría 83 para pararlo. Hoy tiene 45 y si solo se suman tres "radicales héroes", le alcanzaría solamente si los 36 del PRO votan negativo y ninguno se ausenta. 

El tema de los héroes.

La cantidad de apoyos a los que puede aspirar el Gobierno es sensiblemente menor a la de los "87 héroes" del debate por la movilidad previsional a los que invitó a comer asado. Si aquel gesto debía entenderse como un sacrificio de costo político para asegurar cercanía con potenciales aliados, la pérdida de apoyo por parte de comensales de esa noche debe leerse como un fracaso de aquel intento, un tanto torpe, de construir confianza con sectores dialoguistas. Así, con pocas posibilidades de llegar al tercio de la Cámara que blinde el veto, el Gobierno apuesta a números bien finitos entre los que se hagan presentes en el recinto ese día.

El acuerdo salvavidas.

Frente a esta situación, el Poder Ejecutivo acelera un acuerdo con los gremios docentes universitarios que están en plan de lucha. Entienden que un destrabe de ese conflicto mejoraría las posibilidades en la sesión del miércoles y sería el puntapié para que sectores que participaron de la movilización del jueves pasado den un voto de confianza a la estrategia oficialista respecto de la cuestión de las universidades.

El momento.

Por las dudas y como anticipación de una posible derrota, el Gobierno ya adelantó que podría recurrir al Poder Judicial si el veto cae. Una advertencia que no revela un abrumador optimismo por parte de la Casa Rosada, que vive a nivel legislativo su peor momento, y que ese escenario complicado podría hacer juego con la evolución negativa de imagen del presidente y de confianza por parte de la población.