Las nuevas canciones y los viejos cantantes
22 de septiembre de 2024 - 11.45 / Actualizado: 14.49
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La Cámpora se relanzó el viernes con un acto en La Plata que tuvo como único orador al diputado Máximo Kirchner y como eje la reivindicación de la conducción de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, el hecho político más relevante fue la explicitación de una interna en el seno del kirchnerismo que es incómoda para todos los bandos que la juegan.
Las redes sociales y la era digital trajeron un cambio de formato de una de las claves de un discurso político que es el reemplazo de la búsqueda del titular por la búsqueda del recorte de video. Significa intentar lograr ese minuto sólido del discurso que condense lo que uno quiere comunicar y evitar que el minuto sobresaliente y viralizable sea sobre un pasaje involuntario que después sea usado para la crítica. Es la lógica de un partido de fútbol en la que se busca meter goles y no recibirlos. El clip que más circuló del acto de Máximo Kirchner fue uno en el que ni siquiera aparece Máximo Kirchner.
Se trata de un cántico nuevo de la agrupación con el ritmo de "Las Vecinas" de Amar Azul en el que su pasaje final dice "si querés nuevas canciones, vení te presto la mía". La referencia es sobre el único hecho que motivó cuestionamientos públicos hacia el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, por parte de dirigentes camporistas: la declaración sobre "componer nuevas canciones".
Durante la campaña del año pasado, Kicillof dijo: "Perón, Evita, Néstor y Cristina son los momentos más gloriosos de nuestro país" pero hay que darle un carácter de época nuevo. Es como las bandas de rock que tocan grandes viejos éxitos, es hora de componer una nueva, no una que sepamos todos".
El eje pretendido del discurso (que quedó encandilado por la canción) fue el planteo del "Basta de Sciolis". En la figura del exgobernador bonaerense y exvicepresidente de su padre, Máximo Kirchner categorizó a un dirigente peronista que buscó "correr a Cristina" de la conducción del movimiento y después se pasó a las filas de Javier Milei. En el recorrido histórico que hizo de su discurso, mencionó varios ejemplos en los que se emparentaba la conducta de renegar de Cristina y acordar con gobiernos antiperonistas. En este relato, La Cámpora busca la construcción de su identidad como la del espacio de lealtad absoluta a la expresidenta.
La cuestión de la conducción o no de Cristina Kirchner es un tema recurrente de discusión en el peronismo desde el 11 de diciembre de 2015, el día siguiente a su salida de la Presidencia de la Nación. Incluso, durante su entrada al Senado en 2017, el bloque Frente para la Victoria de la cámara se dividió entre los que la acompañaban y los que no. El primer grupo fue de 8 senadores y el segundo grupo de 25. Esa composición respondía a la voluntad de gobernadores y dirigentes diversos del peronismo que llamaban a pasar de página de "la era kirchnerista".
Sin embargo, no hubo en todo ese tiempo actos que consistan únicamente en reivindicar la conducción de la exmandataria. El tiempo y la base de sustentación sólida que tenía la popularidad de Cristina se encargarían por sí solas de poner las cosas en su lugar, como efectivamente sucedió. Ella fue, para sus críticos internos, ese polo magnético inevitable al que había que entregarse o confrontar desde un espacio antagónico por la propia determinación de las bases militantes y electorales. Pedir públicamente lealtad a Cristina era explicitar hacia afuera un descontrol de la tropa que la propia calle iba a ordenar. En palabras de Tywin Lannister, personaje de la serie Game of Thrones, "nadie que diga 'yo soy el rey' es el verdadero rey". El interrogante es qué pasó entre aquellos tiempos y este para que la conducción de Cristina deba ser reclamada explícitamente por su hijo.
La expresidenta reapareció la semana anterior con una carta en la que realiza enumeradas críticas al peronismo, algunas en carácter de autocrítica, y propone la construcción de una nueva propuesta política adaptada a la época, a las nuevas tecnologías y a las nuevas relaciones laborales. Algo que se parece bastante al planteo de las "nuevas canciones" de Kicillof, que asistió al acto en el que Cristina Kirchner amplió los conceptos de la carta y que sigue reivindicando en público su pertenencia política bajo el ala de conducción de ella.
La gran dificultad del camporismo en esta nueva interna, a diferencia de las anteriores, es que no se percibe a simple vista la matriz ideológica o programática de las diferencias como sí pasaba con Alberto Fernández, una disputa en la que el eje central era el acuerdo con el FMI y las políticas económicas derivadas de eso. Ni en el discurso ni en los comentarios por lo bajo de dirigentes cercanos se identifican críticas a la gestión del gobernador ni a sus ideas políticas o económicas de cara a una propuesta nacional. El cuestionamiento va directo hacia la representación (o no) de cada dirigente. Un planteo curioso para ser realizado sobre el gobernador de la provincia que representa el 40% del padrón nacional y que fue reelecto con el 45% de los votos. Desde La Cámpora, la respuesta es que Kicillof está ahí porque Cristina lo impulsó.
En el discurso, Kirchner aludió a entornos que, en otros momentos, han impulsado procesos fallidos de "descristinización" del peronismo y advierte al gobernador sobre esos cuchicheos. La referencia estaba dirigida al intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, uno de los más cercanos a Kicillof. A Ferraresi le recuerdan que, antes de las elecciones legislativas de 2021, pidió la reelección de Alberto Fernández en 2023. El intendente fue apuntado por sus colegas Mayra Mendoza de Quillmes y Julián Álvarez de Lanús, ambos camporistas, por los "efectos en la infraestructura" de los municipios presuntamente provocados por el puerto de Dock Sud.
Máximo Kirchner realizó el viernes un llamado a la construcción de espacios más puros con dirigentes que den garantías de que no van a "traicionar". La clave será, en este contexto de interna, si logrará convencer a las bases que aún se identifican bajo la conducción de Cristina Kirchner que esa descripción le puede caber al gobernador bonaerense, que cuenta con alta popularidad entre la tropa propia.