Alberto Fernández en la Quinta de Olivos
Alberto Fernández en la Quinta de Olivos — Foto: NA

A 9 días del allanamiento al departamento del expresidente Alberto Fernández en Puerto Madero ordenado por el juez Julián Ercolini y del secuestro de sus dispositivos electrónicos, parte del debate público está a la expectativa de posibles filtraciones de su celular y de cómo comprometería eso a él mismo y al peronismo en general.

Lo más importante.

El allanamiento a Alberto Fernández se realizó el viernes a la noche a la vista de cámaras de televisión que filmaban desde afuera del edificio. De allí se secuestraron un celular, una computadora y una serie de pendrives. Estos dispositivos iban a someterse a peritajes en el marco de la causa que lo investiga por presunta violencia de género contra su entonces pareja, Fabiola Yáñez, mientras era presidente.

Para qué.

El objetivo del secuestro de esos artículos era, principalmente, verificar que el exmandatario hubiera cumplido con la restricción dictada por el juez el martes anterior que le prohibía acercarse a Fabiola Yáñez y tomar contacto con ella, algo que bien podría también haber denunciado ella sin necesidad de que el control se ejerza sobre el celular de él. Si se descubría que Fernández había intentado establecer comunicación con su expareja, le correspondía una detención. 

La expectativa.

A partir de esta noticia, comenzaron a aparecer editoriales de reconocidos periodistas en La Nación Más y en TN que anticipaban posibles filtraciones. "Alberto chateaba referencias a Cristina similares a las que decía con sus amigos in boche, cuando aparezcan esas apreciaciones, ahí sí va a tener razón La Cámpora en señalarlo como violencia de género", contó Carlos Pagni en su programa nocturno. "Es muy probable que así como salió lo de 'pelotudo a Parrilli, también salga esto", especuló Jonatan Viale.

El antecedente.

La referencia de Viale a Parrilli tiene que ver con una situación ocurrida durante el Gobierno de Mauricio Macri. 

  • El exsecretario general de la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, Oscar Parrilli, fue imputado por el juez Ariel Lijo (hoy nominado por el Gobierno a la Corte Suprema) por un presunto encubrimiento agravado al narcotraficante Ibar Pérez Corradi. 
  • Meses después fue declarado con falta de mérito y sobreseído, pero en ese interín, el juez ordenó la intervención de su teléfono como medida de obtención de pruebas.
  • Los periodistas Jorge Lanata y Luis Majul publicaron más de 10 audios de charlas telefónicas entre Parrilli y Cristina Kirchner sobre estrategias políticas y referencias a otros dirigentes políticos.
  • Las filtraciones coincidían con situaciones de coyuntura. Por ejemplo, cuando Cristina oficializó su acercamiento al Partido Justicialista, filtraron el audio en el que ella decía: "Qué en el PJ se suturen el orto". Cuándo tuvo un gesto en Twitter con Sergio Massa tras un robo a sus oficinas que podía darse a entender como un acercamiento, se filtró el audio en el que ella lo califica como un "hijo de puta" al que "hay que embocar".

El juez.

Ercolini está calificado por el peronismo como un "juez enemigo" por los antecedentes de sus instrucciones en causas en las que estaban acusados exfuncionarios del Gobierno de Cristina Kirchner o la propia expresidenta. Además, está denunciado por el propio Alberto Fernández por el viaje a Lago Escondido presuntamente pagado por el Grupo Clarín.

  • Ercolini tomó la denuncia de Fabiola Yáñez como parte de la causa que él investigaba contra Alberto Fernández por el presunto tráfico de influencias en la contratación de seguros por el Estado nacional.
  • Ante los reclamos de remitir la causa a la Justicia ordinaria con competencia sobre Olivos, Ercolini demoró la decisión para tomar medidas de prueba y finalmente remitió el expediente, pero a la Justicia Federal de la Ciudad de Buenos Aires (Comodoro Py) que él mismo integra.
  • Cuando se sometió la causa a sorteo, el propio Ercolini salió elegido.

Las primeras complicaciones.

Después de las quejas por la cuestión de la competencia material y territorial, la defensa de Alberto Fernández insiste en declarar la nulidad de la declaración de Fabiola Yáñez porque el juez le negó a la abogada acceder a esa toma de declaración o enviar un pliego de preguntas.

Qué hay en el celular.

Ante la posibilidad, admitida por todos los arcos políticos como probable, de que existan filtraciones del celular de Alberto Fernández secuestrado, los dirigentes del peronismo se cuidan de no expresar esas preocupaciones en público. De quién se sabe que, al menos en estos últimos meses, no tendría apariciones en ese teléfono es Cristina Kirchner. Fernández confesó en Gelatina que no tuvo ni un solo contacto con su exvicepesidenta desde que dejó la Casa Rosada.

Lo que hay hasta ahora.

Las filtraciones que ya existen (los videos de Tamara Pettinato en el despacho presidencial) no provienen del celular de Alberto Fernández sino del de Fabiola Yáñez, ya que se notan filmados a una pantalla desde un segundo dispositivo. Sobre lo que no hay acuerdo es sobre cómo llegaron a Infobae, que los publicó. Yáñez dijo (en Infobae) que fue el juzgado a través del celular de la exsecretaria privada Maria Cantero y desde el juzgado aseguran que fue ella. 

Qué dice la Ley.

Si bien la Ley de Inteligencia autoriza a que, por orden de un juez, se disponga la intervención de dispositivos electrónicos privados, tanto en el caso de un teléfono pinchado (Parrilli) como en el caso de un secuestro de artículos (Fernández), se dispone que todo el material que no tenga relación con la investigación puntual que se está realizando debe descartarse.