30 Septiembre de 2024 09.40
El oficialismo afronta un desafío a contrarreloj: busca, en menos de 24 horas, conseguir un dictamen para la Boleta Única de Papel en el plenario de tres comisiones y, al día siguiente, llevar la iniciativa al recinto de la Cámara de Diputados.
La BUP ya fue aprobada en el Senado, donde el oficialismo negoció con legisladores provinciales, principalmente aquellos bajo el mando de Alberto Weretilneck, de Río Negro, y Hugo Passalacqua, de Misiones. El debate, que se enfocó en el modelo de boleta -si se tomará el de Córdoba, Santa Fe o Mendoza- y si se mantiene o no el casillero para votar una lista partidaria completa, ahora deberá discutirse en la Cámara Baja, donde ingresó con modificaciones.
Al ser una reforma electoral, la Constitución establece que se necesita la mayoría absoluta en cada cámara. Esto significa que el Gobierno requiere del apoyo de 129 bancas, es decir, la mitad más uno de los integrantes totales de la cámara, y no solo de los presentes de la sesión.
Hoy a partir de las 18, las comisiones de Presupuesto y Hacienda, Justicia y Asuntos Constitucionales discutirán el proyecto que bajó con cambios del Senado, aunque no están del todo claro cuáles son. El texto final volvió con modificaciones, lo que significa que se puede aprobar o rechazar el texto y sus artículos, pero no modificarlo. El desafío principal pasa por el casillero que también generó revuelo en el Senado y que permite votar a una lista partidaria completa en la boleta. En la Cámara Alta se logró negociar para eliminarlo y el dictamen de minoría trabajado por la senadora rionegrino Mónica Silva y el entrerriano Edgardo Kueider, principales militantes de quitar la casilla completa, que perjudicaba a aquellos candidatos de partidos provinciales por sobre los nacionales. El tratamiento en Diputados puede tener más oposición a la eliminación de la casilla de lista completa porque la UCR se opuso a su eliminación mientras que Unión por la Patria no se manifestó a favor de la Boleta única de Papel.
La Cámara baja presenta el mismo desafío. El oficialismo tendrá que buscar consensos entre sus aliados, el Pro y la Unión Cívica Radical, y a la vez luchar con los provinciales, especialmente Río Negro, Salta y Misiones, los mismos que se impusieron en el Senado. Eso abre la posibilidad de que surjan dos dictámenes: uno que incluya la casilla y otro que no.