Sarlo sobre el lenguaje inclusivo: "Le estamos dando mucha resonancia mediática"

10 de junio de 2022 - 20.12 / Actualizado: 22 de febrero de 2024 - 19.52

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La escritora Beatriz Sarlo calificó hoy de “arcaico” al debate por el lenguaje inclusivo y sostuvo que tiene mucha “resonancia mediática”. "La batalla del lenguaje inclusivo está desplazada, es sencilla y cuesta poca plata", señaló.

Por qué importa. La Ciudad de Buenos Aires prohibió ayer el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas de nivel inicial, primario y secundario. La decisión fue criticada por el oficialismo.

Declaraciones

“El debate por el lenguaje inclusivo es arcaico. En mi familia hay una larga generación de maestras y siempre fueron escépticas sobre las posibilidades de imponer formas lingüísticas”, estableció Sarlo en Radio Perfil.“La lengua tiene una dinámica de una vitalidad que a veces no llegamos a percibir. Si quieren aconsejar, no imponer, que los niños y niñas y niñes aprendan que es posible esa sintaxis de dos géneros del castellano, no me preocupa. Lo que me preocupa es que en la UBA los parciales están mal escritos, no manejan la subordinación compleja. Los adolescentes deberían aprender a leer textos más o menos complejos: en las últimas pruebas educativas, demuestran que no pueden leer”.“(El padre de la lingüística) Ferdinand Saussure sabía que el lenguaje no se modifica por ley. Por ejemplo, la palabra "gaucho" significaba vago y mal entretenido. Cuando llegaron los inmigrantes italianos cambió pasó a ser quien te hace una "gauchada", un favor”.“Las palabras no están en manos de las academias, más bien sistematizan esas órdenes. Se convirtió en una batalla simbólica. No me opongo ni apoyo eso, me parece inútil”."Lo que hay es un apoderamiento de esa batalla porque define campos de la grieta, por un lado, la batalla cultural que toma un sector del Gobierno en su imposición y, por otro, la que ahora parecería tomar Horacio Rodríguez Larreta, en la posición contraria. Se catequiza esa discusión...”. “Ahí la batalla está desplazada, en un país donde la mitad de los adolescentes mayores de 15 años están fuera de la enseñanza. La batalla del lenguaje inclusivo está desplazada, es sencilla y cuesta poca plata. Incluir a esa mitad de los adolescentes en la escuela cuesta muchísimo y mucho vigor de organización de los gobiernos. A esta batalla le estamos dando mucha resonancia mediática”.