05 de septiembre de 2024 - 17.13
La contaminación por plásticos y su derivación en microplásticos es uno de los grandes desafíos que enfrenta el mundo. Para intentar resolverlo, Inmet, una empresa de Rosario desarrolló una tecnología que "transforma desechos agroindustriales en un material que podría reemplazar al plástico", según explicó a CORTA el director de Tecnología de la compañía, Leandro Nakamatsu.
De acuerdo a las Naciones Unidas, en un año se producen 430 millones de toneladas de plástico, dos tercios de las cuales son productos de un solo uso que rápidamente se convierten en desechos. "Estamos tirando muchísimo plástico, que no es biodegradable y se queda en el ambiente. Hay estudios que están demostrando que estamos acumulando microplásticos dentro de nuestro cuerpo y no sabemos todavía a ciencia cierta sus consecuencias", advirtió Nakamatsu en diálogo con este medio. La revista científica Environment International había encontrado en 2022 que los humanos comían en microplásticos el equivalente a una tarjeta de crédito a la semana.
Fundada en 2012 por los Investigadores del Conicet Diego de Mendoza y Gustavo Schujman, junto a la empresa Bioceres, Inmet desarrolló una bacteria llamada Bacillus subtilis. Su objetivo es "comer muy eficientemente" desechos de productos agroindustriales, como por ejemplo de la industria del biodiesel, el alcohol y la azúcar, para convertirlos en un polímero llamado PHB que es "100% compostable y biodegradable y puede reemplazar al plástico en algunas aplicaciones", asegura Nakamatsu desde el Santa Fe Business Forum, donde acudió en busca de nuevas inversiones para el proyecto. En ese marco, aspiran aumentar su escala de producción para el año próximo y poder comercializar dentro de, como mínimo, dos años.
"Esta tecnología la venimos desarrollando hace más de 12 años y la mejoramos muchísimo", sostiene el científico rosarino, y detalla: "Al polímero hay que hacerle un tratamiento para que tenga distintas propiedades. Puede ser usado para laminar papel, darle propiedades de impermeabilidad, para impresión 3D e incluso reemplazar plásticos de un solo uso". Además de Bioceres, la compañía recibió inversiones del fondo SF500 y Ledesma: "Probamos que se pueden usar residuos que ellos tienen del azúcar y el alcohol para poder convertirlo en nuestro polímero, y hoy ellos lo producen en su planta en Jujuy". Por su parte, Inmet tiene sus laboratorios en Rosario y en 2023 inauguró su propia planta piloto de fermentación en el campus de la Universidad Católica Argentina (UCA) de Rosario. En toda la compañía trabajan 16 personas.
Nakamatsu participó del Santa Fe Business Forum, un evento organizado por la provincia de Santa Fe que congregó a 200 compradores de 40 países, casi mil empresas argentinas y 32 embajadores con el objetivo de promover el intercambio comercial y las inversiones internacionales. "Tuvimos reuniones interesantes con distintos fondos. Yo que trabajo en empresas pero soy más científico que otra cosa me sirvió mucho para entender lo que ellos buscan, qué necesitan, qué preguntas hacen. Es muy enriquecedor", le comentó el CTO de Inmet a CORTA, y agregó: "Estoy sorprendido para bien de que haya gente que te quiera dar plata para que puedas desarrollar tu idea. Después hay otra realidad en cuanto a la ciencia en sí. En el Conicet tengo gente conocida y entiendo que están pasando tiempos difíciles, pero también se están abriendo muchas oportunidades en el ambiente privado".
