La nueva vieja SIDE, un DNU que nació muerto y la insólita crisis interna por "los seis de Astiz"

Por Nicolás Fiorentino

07 de agosto de 2024 - 08.46

Votación Cámara de Diputados
Votación Cámara de Diputados — Foto: Cámara de Diputados

"Ese decreto está muerto". Quien lo dice es uno de los diputados que está articulando con otros espacios para voltear el DNU con el que el Gobierno multiplicó decenas de veces el presupuesto de la nueva vieja SIDE, asignándole 100.000 millones de pesos para gastos reservados. El primer paso para evitar el multimillonario fondeo de esa caja oscurantista será este jueves, en la bicameral de Trámite Legislativo, la que dictamina sobre los decretos presidenciales. Sobra el número para el dictamen de rechazo, aunque primero deberán llevar adelante una batalla contra la minoría que componen los dos bloques oficialistas, La Libertad Avanza (LLA) y el PRO. La coordinación entre opositores y dialoguistas concluiría la semana próxima, con una sesión especial para que la Cámara de Diputados confirme el rechazo en el recinto. Como se adelantó en CORTA, el dead line opositor se fijó en el 15 de agosto. Y si esa amplia mayoría se replica en el Senado, donde la proyección daría números incluso más holgados, el decreto 656/24 será el primero de la historia que el Congreso derogue con el aval de ambas cámaras.

Los cuatro de inteligencia. 

Apretado por todos lados, y hasta con fuego amigo de bloques que venían acompañando las leyes del oficialismo, al senador libertario Juan Carlos Pagotto no le quedó otra que convocar para este jueves a la bicameral que dictamina sobre los decretos del Ejecutivo, la que mantenía clausurada desde abril. El temario incluye una larga lista de DNU, firmados entre 2019 y 2023. Incluye decretos que crearon cosas que ya no existen, como el Fondo Estabilizador del Trigo, y hasta algunos de la gestión Macri, como el que crea la Modernización de la Flota Pesquera. Pero, cansados de las demoras y de la estrategia oficialista para ir por orden cronológico, el plan de opositores y dialoguistas es imponerle a LLA la discusión no solo del decreto de los fondos reservados sino otros tres, vinculados a los servicios de inteligencia: el 22/23, con el que se intervino la ex AFI; el 614/24, con el que se suprimió la AFI y se creó el nuevo sistema de inteligencia; y el 615/24, que establece las facultades de la nueva vieja SIDE. El objetivo es dictaminar ese mismo día y dejar todo listo para ser discutido en el recinto la próxima semana.

Riesgo de desmadre.

Antes de eso, este miércoles habrá una sesión en Diputados pedida por el oficialismo para debatir una serie de proyectos, entre los que están dos que reclama la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: uno para regularizar y facilitar la tenencia legal de armas de fuego y otro para crear un banco de datos genéticos para delitos sexuales. Antes de llegar a eso, el recinto amenaza con convertirse en una caldera. Se espera una infinidad de cuestiones de privilegio para que la centralidad la tenga la visita de seis diputados y diputadas de LLA a un grupo de genocidas, múltiples veces condenados por delitos de lesa humanidad, entre los que se encontraban Alfredo Astiz y Raúl Guglielminetti, en el penal de Ezeiza. El martes hubo reunión de presidentes de bloque y al jefe de la bancada oficialista, Gabriel Bornoroni, le avisaron lo que estaban preparando. El pedido fue que todo sea lo más ordenado posible. A esta hora, nadie puede garantizar que la sesión no se desmadre y que nunca se lleguen a debatir los expedientes del temario original. En el bloque libertario lo saben, pero no les preocupa. Los temas en agenda no tienen ni la urgencia ni la trascendencia de la Ley Bases. "Lo que no podamos discutir hoy, lo discutiremos otro día. La semana que viene, o la otra", se resignan en la bancada del presidente Javier Milei.

Matar o morir. 

Antes de la sesión hubo contactos informales entre las autoridades de la Cámara y referentes dialoguistas. Sondearon un acuerdo para evitar la creación de una comisión investigadora que evalúe si Los seis de Astiz merecen algún tipo de sanción o, incluso, la expulsión. LLA hizo llegar un texto, edulcorado, donde se ratificaba el compromiso con los Derechos Humanos, la democracia y alguna cosa más, sin mencionar ni el viaje a Ezeiza ni a ninguno de los implicados. Se lo rechazaron y les pidieron algo más concreto y más duro. Los libertarios respondieron que solo tenían consenso interno para aprobar algo lavado, light. La UCR acercó un texto alternativo, pero el oficialismo también lo bochó. "Tendrán que juntar los votos para la comisión", desafió un diputado de LLA. Y
concluyó: "Será a matar o morir". Por lo pronto, entre opositores y dialoguistas tampoco hay una estrategia común sobre qué camino tomar: si impulsar un repudio concreto, con nombre y apellido, y archivar el tema; o ir a fondo, investigar el caso y llegar hasta donde se pueda llegar. El peronismo lo tiene claro: quiere a Los seis de Astiz afuera del Congreso.

Del patito a los genocidas. 

La diputada Lourdes Arrieta (LLA) se hizo conocida, primero, por ir a una reunión de comisiones con un patito enganchado en sus bucles rubios y, después, por ser una de las diputadas que visitó al grupo de genocidas. Su primer intento de defensa fue decir que no sabía con quiénes estaba ni qué habían hecho porque ella nació en 1993. Raro no conocer a Astiz ni a figuras centrales, responsables del plan de exterminio de la última dictadura militar, siendo una joven criada en un casa con reglas castrenses y por un padre militar, acusado por ex combatientes de torturar colimbas en la guerra de Malvinas. Pero ahora fue por más: ella misma presentó un proyecto para crear una comisión investigadora por la visita que ella misma hizo a Ezeiza. Ni de la mente más afiebrada podría salir un plot twist así. Arrieta es, junto a Rocío Bonacci, la dupla que más rápido salió a despegarse de su viajecito a Ezeiza. Las dos, además, son un dolor de cabeza para Bornoroni y para el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. En más de una oportunidad amenazaron con irse del bloque, algo que hasta acá no pasó de eso, una amenaza. En los últimos días, la de los bucles rubios y patitos en la cabeza dio un paso más: hizo una consulta formal para armar un monobloque. En LLA dicen que, por ahora, esa jugada está neutralizada.
 


La crisis de la Santa Cruz. 

No son estas dos diputadas las únicas que dan muestras de autonomía en LLA. Marcela Pagano, a contramano de la estrategia oficialista de no mover nada más e intentar que el tema se diluya, gestionó un homenaje a las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, secuestradas, torturadas, asesinadas y desaparecidas tras un operativo que hizo Astiz, infiltrándose en los grupos que se reunían en la iglesia de la Santa Cruz. El plan original era acercarse al sitio de memoria que funciona allí, con un arreglo floral. Los familiares y amigos de Los doce de la Santa Cruz rechazaron esto, por lo que solo se enviaron las flores y se emitió un mensaje, que lleva los nombres de Pagano y otras 25 diputadas, entre las que hay peronistas, radicales y socialistas. La periodista es la única oficialista. No hay ninguna del PRO. La guerra de Pagano con Menem -y, por propiedad transitiva, con Karina Milei-, viene de aquella jugada en la que la desbancaron de la presidencia de la comisión de Juicio Político y que terminó con Oscar Zago afuera del bloque libertario. Una herida que jamás cicatrizó.