Los signos de una política exterior sobreideologizada
31 de marzo de 2024 - 11.31 / Actualizado: 03 de abril de 2024 - 11.22
31 de marzo de 2024 - 11.31 / Actualizado: 03 de abril de 2024 - 11.22
Con un desesperado pedido de la canciller Diana Mondino para juntar likes en una publicación de respuesta al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno cerró una semana corta pero caótica en el plano de la política internacional. El presidente Javier Milei se peleó con dos colegas de la región y tensionó al máximo las relaciones con sus países.
Las peleas con López Obrador y con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sumadas al anuncio de un nuevo viaje de Milei al exterior, que será a un acto del partido ultraderechista Vox en España, mostraron una vez más el proceso de sobreideologización del Gobierno en su política exterior. En diálogo con CORTA, Diego Guelar, exembajador en Estados Unidos, China, Brasil y la Unión Europea, calificó esta actitud como un "gravísimo error histórico".
En una entrevista en la CNN que se difundirá completa hoy, Milei trató a Petro de "asesino terrorista" y a López Obrador de "ignorante". Ambos mandatarios repudiaron estas declaraciones pero el Gobierno de Colombia, además, ordenó la expulsión del embajador argentino en Bogotá, Gustavo Dzugala. El Gobierno mexicano, por su parte, desmintió rumores sobre una ruptura con Argentina tras esos dichos.
Javier Milei confirmó que viajará a España a mediados de mayo para participar del festival anual del partido Vox, que lidera el diputado Santiago Abascal. El objetivo del viaje se asemeja al que tuvo en febrero, cuando asistió a la cumbre conservadora de Estados Unidos encabezada por Donald Trump. En ambos casos, Milei tendrá fotos con dirigentes opositores de cada país antes que con sus presidentes. Federico Merke, director de la Maestría en Política y Economía Internacionales de la Universidad de San Andrés, opinó que "Estados Unidos ha perdido aliados en el sur global como para ofenderse con estos gestos" pero que "no quita otras tensiones en un escenario de Trump presidente, como la postura de Milei frente a Ucrania y frente al comercio, muy distintas a las de Trump".
Con esta visita programada a Madrid, Milei habrá viajado significativamente más veces a países del exterior que a provincias del interior.
Algunas de sus declaraciones más polémicas antes de las elecciones que lo consagraron como presidente tenían que ver con una ruptura de relaciones con China y Brasil, dos de los principales socios comerciales de Argentina, porque sus mandatarios eran "comunistas". Frente a los cuestionamientos, Milei explicaba que el sostenimiento del comercio con esas naciones correspondería exclusivamente a los privados.
Diego Guelar identificó la política exterior de Milei como una "contragrieta a la ideologización kirchnerista" en una forma de péndulo, que es "pasar de una forma de faccionalismo a otra contraria", y señaló que "las naciones son producto de su continuidad y su unidad más allá de la alternancia que forma parte del sistema". El exembajador cuestionó que en Argentina se "transforma la política exterior en ciclos cortos discontinuados con gobiernos facciosos que tienen la tendencia de anular lo que hicieron facciones anteriores" y llamó a "exorcizar" esa actitud porque "tiene que haber componente de unidad nacional". "Lo que hacemos en el marco interno lo hacemos en el externo, dividimos a la gente en buenos y malos, lo que eso genera es falta de credibilidad", sentenció y ponderó a Uruguay y Chile como "ejemplos regionales de países que tienen continuidad en sus relaciones internacionales más allá de los cambios políticos".
Guelar compara la política adoptada por el Gobierno argentino frente a los dos países esta semana como ejemplos de "un conflicto real y, por el otro lado, un conflicto inventado y faccioso".
Milei traslada la dinámica de la discusión nacional al plano internacional y exhibe discursos muy similares en su contenido cuando habla en el país y cuando lo hace afuera. Los espacios multilaterales son oportunidades para evangelizar "las ideas de la libertad" en el mundo, más que una ocasión para la defensa de intereses argentinos en el diálogo con las demás naciones, sean cuales sean estos intereses de acuerdo a la propia visión estratégica. A la hora de establecer una relación, el presidente privilegia la coincidencia ideológica por sobre la representatividad legítima de la otra parte. Federico Merke sostuvo que "tiene sentido para alguien que desprecia al Estado, de ahí que su diplomacia presidencial puede ser vista como la extensión de sus relaciones personales en el contexto de una red transnacional de libertarios, conservadores y derechistas, estén o no en el poder".
La escena final de la semana, con Mondino pidiendo likes para vencer en X una publicación de López Obrador representa un problema por lo siguiente: resulta difícil imaginar a López Obrador con su celular un viernes a las 11 de la noche pendiente de si un tuit de Milei sobrepasa en interacciones a un tuit suyo, más difícil todavía es imaginar a la canciller de México, Alicia Bárcena Ibarra, pidiendo a sus seguidores que den 'me gusta' a un tuit porque el de otro presidente "lo dio vuelta". Las características de lo insólito que Argentina ha normalizado en estos cuatro meses ya forman parte de la diaria en la agenda del país, pero adoptan un carácter especial cuando son exhibidas en las relaciones internacionales frente a otros países y cuando de esas relaciones dependen tantas variables, como el posicionamiento geopolítico, el comercio exterior y las inversiones.